En un distrito en el que la mayoría de la población se dedica a la agricultura de subsistencia, la educación toma un papel fundamental en la lucha contra el empobrecimiento endémico. Formar en oficios alternativos a los existentes introduce nuevas oportunidades laborales, y combate el desempleo juvenil.

De esta necesidad nace el proyecto de rehabilitación de varias salas de costura y su posterior equipamiento. Estas nuevas instalaciones complementan así la educación de los jóvenes locales, con una gran perspectiva de género, y proporcionan una formación directamente orientada al mundo laboral.

Además de la formación de los jóvenes, también se procede a la elaboración de materiales que sean útiles para la comunidad de Inharrime.