Ya hemos alcanzado los 1000 niños y niñas apadrinados

Queridos Padrinos y Madrinas,

Queridos Amigos y Amigas,

Queridos Voluntarios y Voluntarias,

Es difícil encontrar las palabras que reflejen las emociones y sentimientos que siento en mi Corazón. Ahora que hemos alcanzado los 1000 niños y niñas apadrinados,  quiero recordar y agradecer a cada uno de vosotros los 12 años de existencia de nuestro Proyecto.

Durante este tiempo hemos conseguido salvar a muchos niños y niñas, auxiliar a muchos pobres y ayudar a muchos jóvenes a aspirar a un futuro mejor.

Muchos recuerdos me vienen a la memoria, y puedo ver con los ojos del Corazón, al bebé Sofrido Manuel, envuelto en un trapo y acariciado por los delgados dedos de su abuela ciega. Hoy tiene 10 años y asiste feliz a nuestra escuela.

Veo también a Adesilio Elías, con el cuello lleno de ganglios inflamados y una sentencia: “es cáncer, no hay nada que hacer”. Hicimos todo lo que pudimos y hoy es uno de nuestros niños felices.

Pienso en el bebé Joice en los brazos de su asustado padre, porque la madre del bebé murió en el parto y no sabia como alimentar a la pequeña… Hoy Joice es una niña que vive con nosotros en el centro y cursa el Quinto curso.

Estos y tantos, tantos otros que cada uno de vosotros conoce y ama, porque contribuís para que ellos vivan. Sois vosotros, queridos Padrinos y Madrinas, los que les brindáis una segunda oportunidad y tanto ellos como nosotros sólo podemos deciros Gracias.

Pero recuerdo no sólo los 1000 niños y niñas, y los queridos Padrinos y Madrinas de Portugal, España, Italia y Estados Unidos, sino también a los Voluntarios y Voluntarias….

Os veo a todos y a todas y con los ojos brillantes de lágrimas de agradecimiento y gran emoción os abrazo y os digo: “Mis hijos grandes”, soy feliz porque existís, por haberos conocido y porque por ello os puedo amar con el más puro amor y gratitud. Que haríamos sin vosotros? Que haría vuestra Lucília sin aquellos y aquellas que con tanto cariño están siempre disponibles para servir, con una dedicación y elegancia fuera de lo común?

“Mis hijos grandes”, sabéis lo importantes que sois para mi y como desearía que Laura Vicunha os concediese todo aquello que vuestro Corazón desea. Sentidme muy presente, discreta y silenciosa, pero ofreciéndoos mi oración….

Muchas voluntarios y voluntarias han pasado por aquí dejando su huella y muchos más pasarán.

El regalo que los Voluntarios, Padrinos y amigos han sido para este Rincón bendecido de Mozambique, se extiende a otras provincias, a otros centros de María Auxiliadora, a otros pobres que piden ayuda.

Queridos todos y todas, no me extiendo mas… la emoción me lo impide.

Os siento a todos conmigo y a cada uno os digo: Valió la pena!. Vale la pena dar algo de nosotros para que otros vivan!!

Con todo el cariño de vuestra Irmã Lucília Teixeira.